viernes, 20 de julio de 2012

Sin prisa

Hacía frío y la gente iba deprisa. Se refugiaban de la tormenta siguiendo su camino habitual. Tal vez un camino al son de la lluvia o tal vez un camino al son de sus rutinas. Gotas entre la gente, 
gotas entre la corriente.

Yo iba lenta, como siempre, pero esta vez sin perderme. Al paso, observando las prisas que al final harían perder sentido al día. Pensé, y siempre pienso, que viviendo deprisa esto acaba enseguida, y viviendo más lento, esto se vive intenso. Al fin y al cabo, aunque vivamos lento, los relojes no se van a quedar sin aliento. Yo no voy a pensar en lo rápido que pasa la vida, porque en el tiempo sin prisa lo pequeño es más grande y los detalles son importantes. Hoy, he comprendido que prefiero perderme entre las horas y que me llamen soñadora.



No hay comentarios: